Reflexión sobre "Clase Muerta"

 En el texto, Daniel Link hace mención de los cambios que se produjeron en el ámbito educativo debido al contexto de pandemia. El más significativo de estos cambios fueron las clases virtuales, se le dijo adiós a la presencialidad para traer al foco la digitalización de contenidos; este nuevo panorama acarreó una gran problemática ya que existe una gran parte de la población que no puede acceder a Internet ni cuenta con dispositivos digitales. Profesores y alumnos se enfrentan a una nueva normalidad con la que son incompatibles, los espacios en los que se dictan las clases virtuales están regidos por la vida cotidiana de cada uno y eso conlleva a que dichas clases tengan una dinámica entrecortada y con muchos baches. Pese a esto los involucrados ponen lo mejor de sí mismos para sobrellevar la situación, es un esfuerzo que no suele ser valorado como tal. 

He sido testigo de comentarios que afirmaban que los jóvenes y profesores disfrutan de no tener que asistir a clases presenciales porque desde lo virtual todo es más fácil y creo que muchas veces esos comentarios son alimentados por los medios de comunicación que definen esta problemática como verdaderas ventajas. La realidad es completamente distinta, la virtualidad nos dio la posibilidad de no tener que trasladarnos hasta una institución y, no voy a negarlo, si fue algo beneficioso (en mi caso), pero también nos ha quitado la dinámica, las conversaciones fluidas entre profesores y alumnos, le ha quitado a muchos chicos la posibilidad de estudiar y a los profesores la posibilidad de dar clases viendo a sus alumnos a la cara, el gesticular, tener diálogos sostenidos, la dinámica de pregunta-respuesta, entre otras cosas. Está claro que aquellos que no vivan estas situaciones de cerca van a creer que todo está bien, que no hay damnificados y que las clases siguen vivas. 

Considero que es a estas personas, la parte de la sociedad que se encuentra fuera del ámbito educativo, a los que Daniel intenta llegar, despertar a todos aquellos que están con los ojos cerrados ante estas injusticia. Muchos de los profesores no han recibido capacitaciones para el uso de las plataformas que hoy sustituyen una clase presencial, tanto ellos como los alumnos no cuentan con una solución a los diferentes problemas de conexión, a la poca estabilidad de las paginas que constantemente se caen y nos atrasan a la hora de buscar/subir el material bibliográfico o clases asincrónicas. El autor quiere poner en aviso a todo aquel responsable de facilitarnos este paso por la virtualidad para que por fin haga algo, está alzando la voz para que todos los damnificados sigan pidiendo lo que les corresponde, para que no dejen morir las clases.