"Subjuntivo" Sasturian

El cuento comienza con una persona que no parece recordar nada, más que el sentimiento de extrañeza al sentir que conoce todo. Mentiría si dijera que supe desde un comienzo que había perdido la memoria, la verdad es que desde el primer párrafo del cuento me llené de hipótesis y preguntas, preguntas que no fueron respuestas del todo. Expectante jugaba con mi propia mente a apostar por cuál, de todas las posibilidades que me inventé, era la correcta. Supuse que el personaje estaba ebrio, quizá en un manicomio, que se encontraba en una sesión terapéutica y el relator era el especialista. 

Para cuando llegó con Subjuntivo, mi curiosidad había aumentado y mi caja de pregustabas estaba repleta; ¿Quién es? ¿Dónde se encuentra? ¿Quiénes son aquellos que están a su alrededor? La magia del relato en segunda persona es convertirte en protagonista y llenarte de incógnitas ¿Por qué no recuerdo nada? ¿A dónde me están llevando? ¿Por qué no estoy asustado? Ahora me encuentro con la terea de descubrir un asesinato, no me dieron nombres, ni siquiera el mío, tan sólo un tiempo limite y la posibilidad de mantener mi mente ocupada.

Ahí fue cuando me di cuenta que nuestro personaje era un posible asesino y que le crimen que intentaba resolver iba a revelar que el culpable era él. Sasturian no revela nada más, no nos dice quién es, cómo llegó a encontrarse en esa situación, sólo da indicios de lo que nos compete: ¿somos el asesino? Sí, y estamos por presenciar nuestra propia muerte, con el regalo de saber el porqué. 

La historia que se encuentra en la superficie es la de un hombre que ha perdido la memoria y qué no comprende lo que está sucediendo a su alrededor, el cuento avanza en la medida que Sasturian va dejando migajas para apaciguar la incertidumbre.  La segunda historia, la historia oculta, es la de un asesinato, un crimen que ya tiene culpable, un culpable que desconocemos, como nos desconocemos a nosotros mismos, y que llegamos a vislumbrar al final de la historia, cuando sabemos que el asesino somos nosotros, soy yo, sos vos, y la vez no es nadie.