Ensayo

                                                       ¿El olvido es distancia?

Al momento de elegir el tema para relacionar con la distancia la primera pregunta que me surgió fue: ¿Qué es la distancia? En términos generales distancia significa “proximidad o lejanía que existe entre objetos o eventos.” No es limitante, la distancia está cerca de todo y puede plantarse o vincularse con muchos aspectos de nuestras vidas.

Tomar la distancia como lejanía, en primer lugar, me remontó a mi niñez y a esas memorias que revivimos en nuestra mente, hechos lejanos traídos al presente. Una vida de acontecimientos que ha sido marcada por la construcción y reconstrucción de quienes somos.

Damos por sentado que las experiencias vividas estarán siempre en la superficie a la espera de salir cuando queramos. Quizás, en algún momento, nos hemos replanteado el olvido de los demás; rostros lejanos de personas que se desdibujan con el tiempo. Pero, el olvido de uno mismo, la “pérdida del ser”, no aflora en nuestras charlas de domingo.

Como dijo G. García Márquez “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla” Entonces ¿qué sucede cuando el olvido se abre camino y borra poco a poco esos cimientos?

Si bien el alzhéimer es una enfermedad conocida, la importancia que se le da en nuestro día a día es escasa. Dicha enfermedad afecta de forma progresiva a la memoria y otras funciones mentales. Limita la capacidad del ser humano de llevar a cabo sus tareas diarias; los que la padecen suelen desorientarse en lugares habituales, perder el interés o desconocer cosas que eran importantes y tener cambios de humor que no son propios de uno mismo. Se distancian de la persona que fueron y, al perder esa capacidad, se sumergen en la vorágine de un yo incierto.

Mentiría si dijera que no he tratado de memorizar cada detalle de los momentos que vivo, los sentimientos, la tranquilidad, el rostro de la gente cuando ríe, la voz de las personas que amo. El escalofrío de un sollozo y los patrones del mantel. Demorando el mayor tiempo posible esa brecha que se abre, sin puente o conexión, y separa una orilla de la otra, demasiado borrosa para distinguir algo más que un atisbo de la vida viví.









Pintura de Eduardo Labrosse.

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